Ataque de jaguar en Cancún
IntroducciónLa pérdida de diversidad biológica es uno de los problemas ambientales globales más graves causados por las actividades humanas. Cada año se extinguen miles de especies y millones de poblaciones [1,2]. Las poblaciones de grandes mamíferos, aves y otros vertebrados han sido diezmadas en las últimas décadas, y se estima que más del 50% de todas las poblaciones de vertebrados se han perdido desde 1970 [3-5].
Los grandes carnívoros carismáticos son buenos sustitutos para la conservación de la biodiversidad [14], las políticas prioritarias de conservación y los impactos de la conservación a múltiples escalas [10]. Por lo tanto, el conocimiento de la distribución actual de los carnívoros y de sus tendencias poblacionales es fundamental para los esfuerzos de conservación. Sin embargo, la estimación del tamaño de la población de las especies de grandes felinos es un reto debido a su gran área de distribución geográfica y de hogar, su carácter esquivo y la fragmentación de las poblaciones existentes [13,17]. Las primeras estimaciones de población se basaban en estudios de campo realizados mediante transectos y recuentos aéreos [22]. En las dos últimas décadas, las cámaras trampa automáticas se han utilizado ampliamente para evaluar las poblaciones de muchas especies de mamíferos, incluidos los grandes felinos [23-26], y han proporcionado datos fundamentales para realizar censos exhaustivos a gran escala de especies como los tigres, los leones y los jaguares [17,19,27,28].
Gama Jaguar en México
Los investigadores que indagaron en la muerte llegaron rápidamente a la conclusión de que el animal, al que se le seguía la pista en la vecina Guatemala desde 2015, había cruzado la frontera y había sido presa de traficantes de fauna, que podrían haberse llevado su cabeza para venderla en el mercado negro.
“Los machos tienen que desplazarse a través de largas distancias y a veces salen de las reservas o áreas protegidas hacia zonas de amortiguamiento y áreas pobladas por personas”, dice Rony García-Anleu, director del departamento de investigación biológica de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre en Guatemala.
En la actualidad, el jaguar (Panthera onca), que antes vivía en toda Sudamérica y en el norte de Estados Unidos, se considera una especie amenazada. Los grupos conservacionistas estiman que sólo quedan 15.000 jaguares salvajes, en su mayoría debido a la caza furtiva y la deforestación.
Como explica García-Anleu, las fronteras entre países son importantes para los humanos, pero no existen para los animales. Los jaguares necesitan grandes extensiones de terreno sin barreras y no les importan los territorios marcados por el hombre. Mientras las hembras se quedan en una zona, los machos recorren los continentes en busca de comida y pareja. Atraviesan las fronteras de todo el continente americano, viajando tan al sur como Argentina y tan al norte como Arizona y Nuevo México en Estados Unidos.
¿Hay jaguares en California?
Dos cachorros de jaguar son fotografiados en el zoológico “Reino Animal” en Teotihuacán, estado de México, el 27 de abril de 2018; la población de jaguares silvestres en el país asciende actualmente a 4.800, un aumento del 20 por ciento desde 2010
“La presencia de los jaguares asegura el funcionamiento de estos ecosistemas, al controlar la población de herbívoros, y es también un indicador de la buena salud de los mismos”, dijo Heliot Zarza, vicepresidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, en un comunicado difundido por el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Hay unos 64.000 jaguares en libertad, un número que ha ido disminuyendo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que ha declarado al animal especie “casi amenazada”.
En México, sin embargo, un programa de conservación puesto en marcha en 2005 y supervisado por el servicio de parques nacionales ha reforzado el crecimiento de la población de jaguares, según el investigador principal del estudio, Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Datos del jaguar mexicano
Ganesh Marin recibe financiación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. La investigación descrita en este artículo está financiada por la Universidad de Wyoming, la Universidad de Arizona, la National Geographic Society y T&E small grants. El proyecto se realiza en colaboración con la organización Cuenca Los Ojos y con socios de la San Diego Zoo Wildlife Alliance y Santa Lucia Conservancy.
John Koprowski no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
El jaguar es la única especie de gran felino que se encuentra en el continente americano. Su área de distribución se extiende hasta el sur de Argentina y, en el pasado, hasta el norte del Gran Cañón, en Estados Unidos. En la actualidad, la población reproductora más septentrional se encuentra en el estado de Sonora, al noroeste de México, justo al sur de la frontera con Arizona.
En América, el jaguar ha sido durante mucho tiempo un icono y un símbolo de poder y conexión con el mundo espiritual en la mitología, las filosofías, la cultura y el arte. Los jaguares son depredadores superiores con dietas diversas que incluyen más de 85 especies de presas diferentes. Esto les confiere un papel específico pero destacado en cada ecosistema donde se encuentran.