Excursión al desierto de La Guajira
Si piensa en Colombia, quizá le vengan a la mente las pintorescas y verdes colinas de los Andes, la extensa selva del Amazonas o las playas de arena blanca de la costa del Caribe. Sin embargo, uno de los paisajes más impresionantes de Colombia es la península desértica de La Guajira. Explorar este paisaje único, con sus dunas onduladas y su auténtica cultura indígena, es una de las mejores experiencias que se pueden vivir en Colombia. Conozca todo sobre La Guajira y la visita al Cabo de la Vela y Punta Gallinas aquí.
En el extremo norte de Colombia, más allá del encanto colonial de Cartagena y de las playas vírgenes de Tayrona, se encuentra la desértica península de La Guajira. Hogar del pueblo wayuu, esta zona nunca fue conquistada por los españoles, y además de un paisaje asombroso, encontrará un bastión de la cultura tradicional.
A las afueras de la ciudad de Riohacha, puerta de entrada al desierto de La Guajira, se encuentran las Salinas de Manaure. Estas salinas marinas producen más de un millón de toneladas de sal al año, y hacer el recorrido conocido como La Ruta del Sal no sólo permite conocer más sobre la producción, sino ver el impresionante paisaje del mar interior del desierto salpicado de montículos de sal listos para ser cosechados.
Península de la Guajira
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El desierto de La Guajira (Wayuu: Woumainkat Wajiira) es un desierto situado en el norte de Colombia y Venezuela, a unos 1.100 km al norte de Bogotá, que cubre la mayor parte de la península de La Guajira, en el extremo norte de Sudamérica. Es el mayor desierto del continente al norte del ecuador. La mayor parte de la región se encuentra en el departamento colombiano de La Guajira, aunque una pequeña parte está en el estado venezolano de Zulia. El área contiene inmensas reservas de carbón que se explotan en una zona conocida como El Cerrejón. También es el hogar del pueblo indígena Wayuu. Los Wayuu son en su mayoría pastores, pero también son maestros de la pesca de altura, conocidos por la recolección de perlas en el mar Caribe[1].
Animales del desierto de La Guajira
La Serranía de Macuira tiene una elevación máxima de 864 m y mide aproximadamente 35 km de longitud y 10 km de ancho. Está compuesta por tres macizos interconectados. La cordillera está aislada de la Sierra Nevada de Santa Marta y de la Cordillera Oriental de los Andes colombianos.
La cordillera alberga numerosas especies de fauna y flora. La humedad relativamente alta, causada por los vientos alisios y la proximidad del mar Caribe, produce un ecosistema de árboles enanos y bosques nublados. Los picos más altos de la Serranía de Macuira constituyen una zona de abundante niebla. La vegetación achaparrada acaricia y atrapa la humedad condensada en la niebla que flota sobre las cumbres.
La vertiente noreste es la que absorbe la mayor humedad de los vientos, dando lugar a la mayor parte de las fuentes de agua en forma de aguas superficiales, manantiales y riachuelos, permanentes en la época de lluvias e intermitentes en la época seca. Esta abundancia de agua da vida a muchas formas de flora y fauna. La vertiente suroeste es más seca.
Desiertos colombianos
El desierto de La Guajira se encuentra en el extremo noreste de Colombia y es fácilmente accesible desde Rio Hostel BURITACA. Con playas espectaculares, paisajes de otro mundo y vistas impresionantes, La Guajira es el turismo de aventura en su máxima expresión.
Aunque el turismo se ha ido introduciendo progresivamente en los últimos años, hay rincones de La Guajira que parecen realmente vírgenes. Mientras que el popular Cabo de la Vela, donde se practica el kitesurf, se ha llevado la peor parte del boom turístico, hay muchos otros lugares que están fuera de los circuitos habituales. La primera pregunta que se hace la mayoría de la gente suele ser la más lógica: “¿cómo llego? Sin la ayuda de un viaje organizado, la ruta es bastante sencilla, aunque un poco fragmentada. La mayoría de las personas que visitan La Guajira se dirigen desde la dirección Santa Marta / Palomino y El Río. El primer punto de parada es Riohacha, una ciudad razonablemente grande que puede proporcionar las comodidades necesarias (cajeros automáticos y wifi) antes de saltar a lo desconocido. Aunque la ciudad de Riohacha en sí misma no tiene mucho que ofrecer, las playas de Mayapo, a unos 20 km al noreste, son una forma de pasar el día que merece la pena. El parque de flamencos de Camarones también es una excursión que merece la pena, aunque hay que comprobar primero si es la época del año en la que se encuentran los flamencos, ya que como aves migratorias pueden estar de vacaciones. Desde Riohacha, diríjase a Uribia por Cuatro Vías, probablemente en un colectivo (un coche utilizado como taxi para varias personas a la vez). Desde allí le llevarán en un jeep repleto hasta el Cabo de la Vela.