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Los estuarios son ecosistemas dinámicos que presentan una de las mayores diversidades bióticas y niveles de producción del mundo. Los seres humanos han tenido una larga relación con el flujo y reflujo de los estuarios de todo el mundo.

Los estuarios se describen comúnmente como masas de agua semicerradas, situadas en la interfaz entre la tierra y el océano, donde el agua del mar se diluye considerablemente por la entrada de agua dulce (Hobbie, 2000). No sólo son una fuente directa de especies de peces y mariscos de importancia comercial, sino que también son un hábitat crítico de cría para especies marinas de importancia comercial. El acoplamiento de la física, la biogeoquímica y la ecología se produce a muchas escalas espaciales en los estuarios (Figura 1) (Geyer et al., 2000). Se ha demostrado que la producción pesquera y el enriquecimiento costero de nutrientes, suministrados a través de ríos y estuarios, están positivamente correlacionados en muchos sistemas costeros de todo el mundo (Nixon et al., 1986; Bianchi, 2007).

Desde el punto de vista geológico, los estuarios son características efímeras de las costas. Tras su formación, la mayoría comienzan a llenarse de sedimentos y, en ausencia de cambios en el nivel del mar, tendrían una vida de sólo unos pocos miles a decenas de miles de años (Schubel & Hirschberg, 1978). Los estuarios modernos son rasgos recientes que sólo se formaron en los últimos 5.000 a 6.000 años durante el periodo interglacial estable de la época del Holoceno medio y tardío (0 – 10.000 años BP), que siguió a una amplia subida del nivel del mar al final de la época del Pleistoceno (1,8 millones a 10.000 años BP) (Nichols y Biggs, 1985). Una subida del nivel del mar de aproximadamente 10 mm y-1 durante este periodo provocó la inundación de muchas llanuras costeras y el desplazamiento de la línea de costa. El fenómeno de subida (transgresión) y bajada (regresión) del nivel del mar a lo largo del tiempo se denomina eustacia (Suess, 1906).

Estuario tectónico

Los estuarios son complejos de hábitats que comprenden un mosaico interdependiente de hábitats submareales e intermareales, que están estrechamente asociados con los hábitats terrestres circundantes. Muchos de estos hábitats, como 1140 las marismas y las llanuras de arena que no están cubiertas por el agua del mar durante la marea baja, las marismas, 1110 los bancos de arena que están ligeramente cubiertos por el agua del mar todo el tiempo y 1170 los arrecifes, se identifican como tipos de hábitats del anexo I por derecho propio.

Los estuarios se definen como la parte inferior de un valle fluvial, sujeta a la marea y que se extiende desde el límite de las aguas salobres. Existe un gradiente de salinidad desde el agua dulce del río hasta condiciones cada vez más marinas hacia el mar abierto. El aporte de sedimentos desde el río, la protección del estuario frente a la acción de las olas y los flujos de corriente, a menudo bajos, suelen dar lugar a la presencia de extensas llanuras sedimentarias intermareales y canales submareales llenos de sedimentos. La extensión del hábitat rocoso suele ser limitada. Por el contrario, las ensenadas marinas en las que el agua de mar no está significativamente diluida por el agua dulce se consideran ensenadas y bahías grandes y poco profundas del tipo 1160 del Anexo I.

Estuario de la llanura costera

Un estuario es una masa de agua costera parcialmente cerrada donde el agua dulce de los ríos y arroyos se mezcla con el agua salada del océano. Los estuarios, y sus tierras circundantes, son lugares de transición de la tierra al mar. Aunque están influenciados por las mareas, están protegidos de toda la fuerza de las olas del océano, los vientos y las tormentas por formas terrestres como las islas de barrera o las penínsulas.

Los ambientes estuarinos se encuentran entre los más productivos de la tierra, ya que crean más materia orgánica cada año que las áreas de tamaño comparable de bosques, praderas o tierras agrícolas. Las aguas protegidas de los estuarios también albergan comunidades únicas de plantas y animales especialmente adaptadas a la vida en el margen del mar.

En los estuarios y sus alrededores se encuentran muchos tipos de hábitats diferentes, como aguas abiertas poco profundas, marismas de agua dulce y salada, pantanos, playas de arena, llanuras de barro y arena, costas rocosas, arrecifes de ostras, bosques de manglares, deltas de ríos, charcas de marea y praderas marinas.

Los estuarios nos proporcionan un conjunto de recursos, beneficios y servicios. Algunos de ellos pueden medirse en dólares y céntimos, mientras que otros no. Los estuarios ofrecen lugares para actividades recreativas, estudios científicos y disfrute estético. Los estuarios son un recurso natural insustituible que debe ser gestionado cuidadosamente para el beneficio mutuo de todos los que disfrutan y dependen de ellos. A continuación se exponen otras formas en que los estuarios son importantes (haga clic para ampliar):

Ejemplo de estuario tectónico

Hay muchos factores que contribuyen a la forma y el funcionamiento de un estuario, por ejemplo, el tamaño y la longitud de la cuenca hidrográfica, la cantidad de caudal del río, la amplitud de las mareas y el entorno geológico del estuario (a menudo denominado condiciones antecedentes, es decir, lo que hubo antes). El registro geológico reciente ayuda a comprender el comportamiento de los estuarios. En particular, el período conocido como Holoceno (aproximadamente los últimos 10.000 años, que se remontan a la última edad de hielo) es importante porque determina la historia reciente del relleno con sedimentos. Esto ha ocurrido a medida que los sedimentos son arrastrados por los ríos, o arrastrados desde el mar por la marea, y depositados en las condiciones más tranquilas del estuario. La geología preholocena suele ser mucho más dura y define la cuenca en la que se asienta el estuario. También puede proporcionar puntos duros locales, como los “estrechos” que se encuentran en la desembocadura del río Mersey en Inglaterra.

El examen de la cantidad de relleno que ha tenido lugar durante el Holoceno permite identificar diferentes tipos de estuarios. En primer lugar, están los fiordos profundos y los fiordos de Escocia, Noruega y Nueva Zelanda, en los que el relleno es insignificante y la forma y el tamaño del estuario dependen por completo de la forma tallada en épocas anteriores.      También hay un grupo de estuarios conocidos como rías, que también son formas rocosas, generalmente talladas por ríos o aguas de deshielo, y ahora parcialmente rellenadas. Hay ejemplos en las costas del sur de Irlanda e Inglaterra y también en Nueva Zelanda. También hay tres grupos que se han formado casi por completo en sedimentos del Holoceno. Todos son resultado de la transgresión marina, el primero son los valles fluviales ahogados, que se denominan estuarios cerrados o en forma de embudo. Los segundos son los embalses, de origen fluvial o marino (es decir, no glaciar) y en los que confluyen uno o varios ríos en la desembocadura; y los terceros son llanuras costeras ahogadas en las que se han formado ensenadas de marea. Las tres se encuentran en las numerosas costas sedimentarias de todo el mundo.